Más de 300 hectáreas de viñedo propio permiten a esta bodega un control de producción integral y una óptima orientación de sus elaboraciones hacia la calidad y singularidad de sus vinos.
La amplia gama de vinos con una marcada personalidad y con el carácter de la zona, ha sido clave para que esta bodega sea una de las más atractivas del panorama vitivinícola español. Sus tintos son estructurados, muy adecuados para la crianza en madera, y presentan una excelente evolución en el tiempo. Los blancos y rosados son afrutados, frescos y de gran intensidad aromática. Todos ellos componen un verdadero muestrario de singularidad y elegancia.